Contacta con nosotros

Google maps

Image Alt

A veces, la luz al final del túnel es un tren.

A veces, la luz al final del túnel es un tren.

La semana:

La semana pasada se publicaron los datos del indicador de actividad PMI de septiembre y, tal como se esperaba, el PMI compuesto (servicios e industria) alemán sufre su primera contracción al pasar de 51,7 en agosto a 48,5 puntos (un valor por encima de 50 implica expansión de la actividad, mientras que cualquier número por debajo de esa cifra se corresponde con una contracción). La cifra de septiembre es la más baja desde junio de 2013. Este índice compuesto (PMI) se trata de un cuestionario mensual que se realiza a los departamentos de compras de las empresas. La evolución de la actividad de Alemania deja a la zona euro al borde de la contracción, al situarse en 50,1 puntos, y aumenta el riesgo de que la recesión también se extienda a la economía del euro. Con estos datos, se puede confirmar que, a falta de la publicación oficial del PIB alemán del tercer trimestre, Alemania ha entrado en recesión técnica. Recordemos que el PIB alemán bajó un 0,1% en el segundo trimestre y se habla de recesión económica cuando el PIB de un país o región registra dos trimestres consecutivos en negativo. El deterioro de la coyuntura económica europea está encabezado por Alemania, pero Francia e Italia también están cerca de estancarse, registraron un PMI compuesto de 50,8 y 50,6, respectivamente. Mientras España muestra un mayor dinamismo (51,7 puntos), pero en septiembre registró el peor dato de los últimos seis años.

Los indicadores cíclicos apuntan a una desaceleración de la economía mundial en medio de desafíos estructurales de gran alcance, si bien esto es cierto, no lo es menos que en el último trimestre estamos viendo como los datos económicos reales (“hard data”), están repuntando en contraposición con los indicadores (“soft data”), indicando que lo peor podría estar quedando atrás. La clave será lo que pueda suceder con las disputas comerciales entre EE.UU. y China. En este punto lo primero que hay que tener presente es que Trump aspira a salir reelegido y para ello necesita un acuerdo con China para estabilizar la economía y los mercados antes de su candidatura a la reelección en 2020. Por otra parte, el presidente chino, Xi Jinping, también quiere un acuerdo para detener la desaceleración de China, pero ninguno de los dos quiere salir derrotado en el relato (más importante que los hechos hoy en día), porque eso socavaría su posición política interna y empoderaría al otro lado. Lo que parece claro es que, si las condiciones se deterioraran aún más, la apuesta de Trump por la reelección en noviembre de 2020 estaría en peligro. Del mismo modo, Xi se vería debilitado por cualquier desaceleración significativa en la víspera de las celebraciones del centenario del Partido Comunista de China en 2021, que será el preludio de su apuesta por un tercer mandato ya controvertido a partir de 2022. Y con todo esto sobre la mesa ha surgido el tema del impeachment que ya destacamos la semana pasada. Si no se llegase a un acuerdo comercial, la recesión actual en las manufacturas y el comercio mundial acabará afectando al consumo privado, que empieza a sentir los efectos, y las decisiones de inversiones de las empresas, empujando a la economía de EE.UU. y globales a una recesión severa. Veremos qué sucede en las negociaciones entre China y EEUU de esta misma semana, aunque nosotros no depositaríamos demasiadas esperanzas. 

Si a todo lo anterior, en Europa añadimos la posibilidad d un Brexit duro, el coctel podría ser letal. Una Europa que vio la semana pasada, cómo el Tribunal de Arbitraje de la Organización Mundial de Comercio (OMC) daba luz verde a EEUU para imponer aranceles por valor de 7.500 millones de dólares a productos de la Unión Europea como compensación a los subsidios que concedieron los gobiernos europeos a Airbus en 2004. Aunque la cifra es mucho menor de la que se manejaba en las reclamaciones iniciales, se trata de la mayor sanción autorizada por la OMC. El gobierno estadounidense comunicó que hará pagar aranceles a 300 productos importados desde Europa, que van desde componentes de aviación hasta una serie de productos agrícolas. Se espera que la nueva política arancelaria entre en vigor el 18 de octubre, aunque los miembros de la Comisión Europea esperan poder alcanzar un acuerdo que evite estas medidas. Aun así, la administración estadounidense tiene sobre la mesa hace meses una propuesta de la UE para la regulación del sector aeronáutico, a la que todavía no ha contestado. Ese hecho, unido a la conocida política comercial de la administración Trump, hace que en la unión reine cierto pesimismo. Si finalmente se concretan las sanciones, la UE podría tomar represalias e imponer aranceles a productos estadounidenses, que vendrían legitimados por antiguas resoluciones de la OMC favorables pero que no se decidió activar en su momento. También se espera que la OMC autorice la imposición de aranceles a productos americanos por 12.000 millones de euros por ayudas que EEUU proporcionó a Boeing en 2012. Este tipo de resoluciones de la OMC, sirven como argumento ante la comunidad internacional para imponer aranceles, pero deberían suponer la base para un acuerdo o negociación bilateral entre los países afectados. La guerra comercial de EEUU parece haber llegado a Europa. 

Impacto:

Una de las propiedades poderosas del lenguaje es que genera realidad: proporciona la capacidad de distinguir aquello que nombramos y constituye un dominio consensual. Al compartir entre los individuos un sistema de signos, podemos designar objetos y coordinar acciones comunes. Además de la multitud de lenguas y convenciones sociales, los sectores profesionales también tienen sus propias distinciones que ayudan a observar la realidad de una manera diferente y común para ese sector en concreto. En este sentido, en la inversión responsable es necesario que se adopte un lenguaje común o taxonomía que ayude a organizar y jerarquizar los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) comunes a una actividad especifica. En definitiva, que todos los actores acordemos que una silla es un asiento con cuatro patas y un respaldo y no que lo que para unos es una silla, para otros sea una mesa. En este sentido, cada vez hay más presión para que las empresas reporten datos que demuestren su posición con respecto a factores ASG. Pero sin embargo todavía no existe un consenso en cuanto a la taxonomía. Así, vemos empresas que se adhieren a estándares de reporte diversos que, aunque tengan un objetivo común, adolecen de estandarización. Esto es perjudicial, ya que no permite que el lenguaje genere una realidad común. Puede provocar más confusión al dar lugar a interpretaciones. Puede resultar un esfuerzo en vano por parte de las empresas en aras de una
transparencia que, si no es útil o de consenso para las distintas partes interesadas de cara a poder tomar decisiones, medir la evolución de las compañías en criterios de sostenibilidad o interpretar datos de manera correcta, servirá para poco. 

El faro de los mercados:

A D.Trump le deben parecer pocos todos los frentes que tiene abiertos. Parece que la presión comienza a superarle. Si no, ¿Cómo se explicaría su decisión de abandonar a las milicias kurdas en Siria, los que hasta ahora eran sus principales aliados en ese país, permitiendo un ataque de Turquía? Algo inexplicable… incluso para sus más próximos dentro del propio partido republicano estadounidense. La ofensiva inminente turca puede elevar la temperatura de la región ya que los kurdos podrían negociar con el régimen de Bachar El Asad y con Rusia una posible defensa. Una decisión difícil de entender. Con el proceso de impeachment sobre la mesa, lo lógico sería pensar que Trump tratara de aglutinar a su alrededor las fuerzas del partido republicano. Pero con esta decisión más bien puede conseguir lo contrario. Entonces surge la pregunta ¿Por qué ahora? Seguro que hay una segunda (y tercera) derivada que se nos escapa. Pero el momento no puede ser más delicado: con el proceso de impeachment recientemente puesto en marcha y con una negociación con una representación china esta misma semana. Está claro que D. Trump ha tenido mucha incidencia en los mercados financieros
desde su llegada a la presidencia y parece dispuesto a seguir teniéndola hasta las próximas elecciones de noviembre del 2020. Pero tal y como decíamos la semana pasada, comenzamos a ver ciertos nervios en los mercados toda vez que las dos últimas bajadas de tipos por parte de la Reserva Federal no han tenido el efecto deseado por muchos en la renta variable. La Bolsa puede haber tocado, estar tocando o estar muy próxima a tocar su techo en este ciclo… salvo que los múltiples nubarrones desaparezcan del horizonte. Que nadie olvide que estamos en octubre… y la negociación entre Reino Unido y la Unión Europea para lograr un Brexit con acuerdo se acerca al colapso, con menos de 30 días para alcanzar el 31 de octubre. 

La noticia amable:

El año pasado, la ONU lanzó una nueva campaña: “Waste wise cities”, o city wise, que busca promover el diseño de mecanismos financieros y otros incentivos para fomentar la transición hacia una economía más circular en las ciudades. Una economía construida sobre los principios del uso eficiente de los recursos, lo que implica la reducción de la generación de residuos mediante la prevención, la reducción, el reciclaje y la reutilización, como establece la meta 5 del ODS 12. Se recibieron muchas presentaciones de todo el mundo que abordaban diferentes aspectos de la cadena de valor de los desechos y se seleccionaron las 20 mejores prácticas, por ejemplo, convertir una maleza persistente (jacinto de agua) en materia prima para la producción de sobres y bolsas de embalaje; utilizar cubiertas de teléfonos viejas para crear novedosos interruptores eléctricos de pared; convertir alimentos, desechos y materia fecal en fertilizantes orgánicos y proteínas, así como el uso de inteligencia artificial para apoyar la separación y reciclaje de desechos. En definitiva, soluciones innovadoras que tengan el potencial de transformar los desechos en riqueza. 

La frase:

Y nos despedimos con una frase de Bertrand Russell: “Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer lo posible imposible.”