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El genio de la inflación ha salido de la lampara

El genio de la inflación ha salido de la lampara

Las restricciones vuelven a los países europeos ante el temor a la nueva variante de Covid detectada en Sudáfrica. Hasta el momento la información no es concluyente porque los datos son pocos y no es posible sacar conclusiones. Los expertos sanitarios estiman que serán necesarias al menos dos semanas antes de poder conocer tres cuestiones clave: si la nueva variante es más transmisible, más virulenta, y lo más importante, saber si escapará de las vacunas actuales. Escuchando la entrevista a Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica, en la BBC el pasado domingo donde afirmaba que «La nueva variante Omicron del Coronavirus da como resultado una enfermedad leve, sin síntomas prominentes», las sensaciones son positivas, al menos para los vacunados. Por parte de las farmacéuticas, la empresa Moderna avisa de una reducción significativa en la eficacia de las vacunas contra la variante ómicron. En el caso de que la nueva variante escape a las vacunas las farmacéuticas pueden reforzar las mismas en el plazo de 100 días, de hecho, ya están trabajando en ello en caso de necesidad. Algunos investigadores ya apuntan a que la variante Omicron probablemente no sea intrínsecamente más mortal que la variante delta (que fue quizás un 30% más mortal que la cepa original de Wuhan) y que podría reducir la eficacia de la vacuna, pero tendrá un menor impacto frente a los casos más complicados en riesgo de muerte. Pese a esto, los gobiernos de países desarrollados han comenzado a aplicar la política de “prudencia excesiva” y están cerrando su espacio aéreo a vuelos procedentes de determinadas regiones. En cualquier caso, esta nueva variante pone de manifiesto la necesidad de un proceso de vacunación global, sin excluir países ni regiones. No vale solo con vacunar en el mundo desarrollado.

En el escenario geopolítico, continúan creciendo las tensiones entre las dos grandes potencias mundiales: Estados Unidos y China. Joe Biden continúa acrecentando la lista negra de empresas chinas. La semana pasada el Departamento de Comercio de EE. UU. incluyó en esta lista 12 empresas chinas por «razones de seguridad nacional y política exterior» afirmando que han apoyado la modernización militar del gigante asiático. Los proveedores de las compañías que se encuentren en esta lista negra están obligados a solicitar una licencia especial para poder seguir operando con ellas. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China aseguró que tomarán las medidas necesarias para defender a sus empresas.

En Alemania, la semana pasada el partido socialdemócrata de Olaf Scholz alcanzó un acuerdo de coalición con los Verdes y los Liberales para formar un gobierno tripartito inédito en el país desde los años cincuenta. Las grandes líneas del acuerdo para los próximos cuatro años se basan en la descarbonización de la economía, la digitalización y modernización del país y la protección social. Se ha acordado favorecer un desarrollo más rápido de las energías renovables (el 80% de la demanda eléctrica en 2030 deberá cubrirse con renovables), asegurar un precio mínimo (60 euros la tonelada) de las emisiones de CO2 para incentivar la salida de los combustibles fósiles lo antes posible y aumentar la inversión para proyectos relacionados con el hidrógeno verde. La salida del carbón está prevista para 2030, ocho antes de lo que había acordado el Gobierno de gran coalición de Merkel. La subida del salario mínimo de 9,6 euros/h a 12 euros/h, y construir 400.000 nuevas viviendas al año (100.000 de protección oficial) son otros de los acuerdos que se plasman en el documento. Todas estas medidas se llevarán a cabo sin subidas de impuestos, uno de los requisitos fundamentales de los Liberales. En lo referente a Europa, el acuerdo deja clara la voluntad de una mayor integración, pero sin comprometerse a nada, ya que entre los miembros de gobierno habrá muchos de los políticos más estrictos de Alemania en cuanto a la estabilidad presupuestaria. Así pues, habrá que ver si Europa avanza hacia la mutualización de la deuda, o la flexibilización de las políticas de austeridad bajo este nuevo gobierno alemán.

En España, y en el plano normativo, el gobierno ha elaborado un anteproyecto de ley, según el cual las compañías que presten servicios esenciales (agua y energía, transporte de viajeros, servicios postales, telecomunicaciones, servicios audiovisuales de pago y servicios financieros) deberán disponer de un servicio de atención al cliente gratuito, eficaz, accesible, inclusivo, no discriminatorio y evaluable, 24 horas los 365 días del año, que deberá ser prestado por una plantilla formada y con capacidad para atender a personas mayores y con discapacidad, por lo que, de ser aprobada sin sufrir modificaciones, esta normativa supondría fuertes obligaciones para aseguradoras, entidades financieras y empresas de servicios de inversión que actualmente no cumplen con estos estándares. Asimismo, el borrador obliga a que los departamentos de atención al cliente estén dotados de los medios humanos, materiales, técnicos y organizativos adecuados para el cumplimiento de sus funciones (facilitar información, atender incidencias y resolver quejas y reclamaciones), así como a la realización, por una entidad externa independiente, de una auditoría anual sobre la calidad del servicio.

Impacto:

El tiempo corre para las entidades financieras que siguen brindando apoyo a los productores de petróleo, gas y carbón. Según Moody’s, las instituciones financieras de las 20 naciones más industrializadas tienen una exposición de 22 trillones de dólares en industrias intensivas en carbono, lo que supone el 20% del total de su cartera de créditos e inversiones. Los bancos, las aseguradoras y los gestores de activos deben ajustar sus modelos de negocio para financiar e invertir en proyectos de infraestructura verde, al tiempo que apoyan a las empresas en sectores intensivos en carbono a transaccionar a un modelo de negocio más sostenible. A principios de este mes de noviembre 450 entidades firmaron el Glasgow Financial Alliance for Net Zero, comprometiéndose para 2050 en cero emisiones netas de carbono en sus carteras de crédito e inversiones. El impacto crediticio de una transición de carbono retrasada y desordenada es la mayor amenaza para las entidades financieras, ya que la frecuencia cada vez mayor de eventos climáticos catastróficos conllevará a incumplimientos de préstamos y crecientes reclamaciones de seguros. Los bancos que aborden un cambio hacia una financiación respetuosa con el clima preservarán mejor su calidad crediticia. Sin duda, todo un reto para la industria financiera.

El faro de los mercados:

Los últimos datos siguen reflejando presión al alza en los precios a nivel global (en la Eurozona alcanzó el 4,9% interanual a noviembre). Y los bancos centrales comienzan a repensar su estrategia. Hace unos meses los banqueros centrales decían que se trataba de un repunte de inflación transitorio. Pero su nivel de convicción en esa teoría se va desvaneciendo. A los aspectos “temporales” (efecto base o cuellos de botella) comienzan a añadirles factores de carácter más cíclico (presiones salariales) que llevan a pensar que la inflación ha llegado para quedarse. Muchos clientes preguntan cuánto durará y en qué nivel se podría estabilizar la inflación a medio plazo. Y la respuesta es sencilla, aunque poco clarificadora: todo dependerá de las medidas que se adopten. Si los tipos de interés reales negativos se mantienen en el tiempo, no será fácil que el proceso inflacionista se detenga. Los bancos centrales se encuentran ante un escenario nada fácil, que exigirá un análisis detallado de la relación coste-beneficio de las diferentes alternativas. Su estrategia de esperar y ver… no ha dado resultado. Son muchos los que piensan que un posible parón derivado de la propagación de la variante Omicrom les podría ayudar.  Pero sería sólo temporalmente… ya que la segunda derivada de nuevos cierres sería una mayor presión inflacionista a medio y largo plazo. 2022 promete ser muy interesante.

La noticia amable:

Tras el cambio climático, la siguiente amenaza en los próximos cien años son los asteroides. Pero como en una película de ciencia ficción, la NASA tiene un plan: la misión llamada DART (Doble Prueba de Redirección de Asteroides). Esta iniciativa de la NASA y el laboratorio Johns Hopkins APL es la primera misión de prueba de defensa planetaria programada para cambiar el curso de un asteroide. Estrellando deliberadamente una nave contra él y posteriormente estudiando si resulta efectivo o no.  DART viajará 11 millones de kilómetros, con un novedoso dispositivo de guiado autónomo y propulsado por paneles solares, dirigiéndose hacia una pareja de asteroides, o lo que se denomina asteroide binario, cercano a la Tierra pero que no suponen ninguna amenaza. Estos asteroides gemelos son: Didymos tiene unos 780 metros de diámetro y Dimorphos de 160 metros de ancho, en este cuerpo más pequeño es en donde se buscará impactar la misión, con objetivo de moverlo, la colisión está prevista para finales de 2022. Son los asteroides de entre diez y algunos cientos de metros los que representan peligro en los próximos cien años. Los grandes de tamaños kilométricos que pueden causar eventos a escala de extinción están identificados y ninguno cercano a la Tierra.

La frase:

Y nos despedimos con una frase del músico escocés David Russell: “Lo más duro de aprender en la vida es qué puente cruzar y cuál quemar.”.

 Resumen del comportamiento de principales activos financieros (30/11/2021)

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