Un Black Friday no tan black
26 de noviembre de 2024
El tema de la semana:
Por Sara López Vázquez
El Black Friday, tal y como lo conocemos hoy, es el día que da comienzo a la temporada de compras de Navidad. Si nos centramos en la denominación de tal día, y atendiendo a los criterios que la semiótica establece sobre la capacidad de comunicación del lenguaje, podríamos hablar de la parte denotativa y connotativa del término.[1]
Desde el punto de vista de la denotación, la expresión sólo aporta una descripción de lo que podría ser cualquier viernes, preámbulo del fin de semana. Sin embargo, el adjetivo “black” o “negro” posee una carga connotativa evidente. ¿Por qué? Porque la palabra “negro” usada como adjetivo aporta una serie de referencias muy concretas. Negro es la ausencia total de luz, negro es un acontecimiento negativo o peligroso, un agujero negro, en un sentido metafórico, es algo que absorbe todo, el negro comporta seriedad, luto…
Para entender esta connotación negativa, debemos remontarnos a la versión más extendida del origen de acuñación del término. Fue en 1961 cuando un grupo de oficiales de policía de la ciudad de Filadelfia (EE. UU.), lo emplearon para describir el caos y la congestión que se producía en las calles de la ciudad el día después de Acción de Gracias, caracterizado por el denso tráfico de vehículos, calles abarrotadas de gente y multitud de compradores.
¿Cómo ha llegado a convertirse la denominación de un suceso, no precisamente positivo, y que se repetía de forma sistemática después de una fecha señalada en un evento de compras masivas que abre el período de inopinada felicidad navideña? Debió tratarse, sin duda, de una campaña de comunicación que optó por apropiarse de una expresión de sobra conocida para su empleo despojada de su connotación negativa. La globalización de los hábitos de consumo en las sociedades más desarrolladas trajo este evento a España en el año 2012.
De esta manera, el Black Friday ha acabado convirtiéndose en un termómetro de la economía, que permite medir las siguientes variables:
- Expectativas de consumo: el Black Friday es un indicador clave de cómo los consumidores están dispuestos a gastar durante la temporada de compras navideñas. Un aumento en las ventas durante este día puede generar optimismo en los mercados.
- Resultados de empresas minoristas: muchas dependen del Black Friday para obtener un gran porcentaje de sus ventas anuales.
- Resultados de grandes empresas: si las ventas superan las expectativas, las acciones de éstas pueden subir, lo que podría impulsar los índices bursátiles generales.
- Sentimiento del consumidor: las ventas del Black Friday también pueden ser un reflejo del estado general de la economía y la confianza del consumidor. Si las ventas son bajas o no cumplen con las expectativas, esto podría generar preocupaciones sobre el gasto futuro y llevar a una caída en los mercados.
Todas estas aparentes ventajas no pueden hacernos olvidar el efecto negativo del consumo masivo e irresponsable al que la celebración de este evento nos impele. La generación de necesidades ficticias, basadas en el criterio de oportunidad que la bajada de precios supone, lleva al consumidor a un consumo irreflexivo con las evidentes consecuencias que esto tiene sobre las economías familiares más vulnerables. De igual modo, ejerce presión sobre pequeños comercios que no pueden competir con los grandes descuentos, causa estrés y ansiedad en los consumidores por la presión de aprovechar ofertas limitadas, promueve la producción de artículos de baja calidad para poder ofrecer precios más bajos y perpetúa un ciclo de consumismo que es perjudicial para el planeta y la sociedad en general.
Por todo ello, deberíamos plantearnos acciones a emprender para corregir estos patrones de consumo insostenibles que conlleva la celebración de este acontecimiento. ¿Se podría considerar la transformación del evento? ¿Qué implicaría hablar de “compras de impacto”? Las compras de impacto serían aquellas adquisiciones que no solo buscan satisfacer una necesidad económica, sino que también generan un beneficio social, ambiental o cultural positivo, priorizando criterios éticos y sostenibles en sus decisiones de consumo.
El Green Friday, cuya razón de ser es el fomento de un consumo responsable y consciente ante la euforia sin freno representada por el Black Friday, podría considerarse una alternativa adecuada y beneficiosa, tanto para el consumidor, como para el medioambiente.
Venus de los Trapos, Michelangelo Pistoletto
El faro de los mercados:
Tras la consolidación de las subidas propiciadas por la contundente victoria de Donald Trump, tal y como se preveía, el mercado ha entrado en una fase más lateral en la que se alternan semanas de bajadas con semanas de subidas. Nos acercamos al último mes del año y comienza una semana semifestiva en Estados Unidos que podría traer cierta tranquilidad a las bolsas, antes del movimiento final (¿alcista?). Los índices estadounidenses, S&P 500 y Nasdaq 100, se anotaron subidas cercanas al 1,75% mientras que en el viejo continente los movimientos fueron erráticos, con las bolsas de menos a más y variaciones despreciables en el cierre semanal.
Después de varias semanas de subidas de las rentabilidades de los bonos gubernamentales en los últimos días se han producido compras oportunistas que han permitido una leve bajada de los tipos de interés. Así, el Treasury a 10 años cedía 3 pbs para quedarse en el 4,41%. Por su parte en Europa las correcciones fueron algo mayores, anticipando quizá el hecho de que el BCE aún tiene trabajo por hacer (los datos macro así lo aseveran). El Bund se dejó 10 pbs y el Bono otros 8 pbs para terminar en el 2,25% y el 2,97% respectivamente.
La inestabilidad en Israel y Ucrania, las dudas en cuanto a que sucederá en el momento que Trump tome posesión de su cargo y las futuras bajadas de tipos de interés, volvieron a relanzar el precio del oro hasta los 2.737,20 USD/Oz, lo que supuso una subida en la semana del 6,50%. Por su parte, el Brent también subía notablemente hasta los 74,63 USD/b, en este caso unos bajos niveles de inventarios en EE.UU. ayudaron a ampliar la magnitud del movimiento.
Respecto a la macroeconomía destacamos dos apuntes en Europa: i) la inflación se situó en los niveles previstos, el 2% para el índice general y el 2,7% para el dato subyacente, por lo tanto, parece estar controlada y permitirá al BCE seguir bajando los tipos de interés, y ii) los datos de los PMIs se situaron por debajo de las estimaciones, con un dato de servicios que se situaba incluso por debajo del nivel de 50, lo que indica contracción, proporcionando más motivos para las futuras bajadas de tipos por parte de un BCE que adicionalmente, en su último informe de estabilidad financiera destacaba la vulnerabilidad de la economía europea por el entorno de elevada volatilidad, el frágil crecimiento económico, las elevadas valoraciones de los activos y la debilidad fiscal de algunas de las principales economías.
En EE. UU. los PMIs por el contrario superaron las previsiones tanto a nivel servicios, que subió de manera notable hasta 57 desde el dato anterior de 55 y la previsión de 55,2, como a nivel manufacturero que se situó en 48,8, continuando con la mejora vista desde hace varios meses. Por el contrario, tanto los datos de confianza de la universidad de Michigan como el índice manufacturero de la FED de Filadelfia se quedaron por debajo de las previsiones. Una semana más, datos mixtos pero que soportan una economía sólida en EE. UU.
A lo largo de la presente semana conoceremos los PMIs en China, el IPC (dato provisional) de noviembre en Europa y por último en EE. UU. se publicará la confianza del consumidor de The Conference Board, el PIB (dato provisional) del tercer trimestre, las actas de la última reunión de la FED y el PCE que nos podría anticipar la futura evolución de la inflación en los próximos meses. Recordemos que el jueves es festivo en EE. UU. y el viernes solo habrá media sesión bursátil, lo que dejará los mercados europeos con menor liquidez.
La frase:
Y nos despedimos con la siguiente frase de Robert Lee Frost poeta estadounidense, considerado uno de los fundadores de la poesía moderna en su país por expresar, con sencillez filosófica y profundidad sentimental, la vida y emociones del ser humano rural de Nueva Inglaterra, “Todo lo que he aprendido en la vida lo puedo resumir en dos palabras: Todo pasa”
Resumen del comportamiento de principales activos financieros (25/11/2024)
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