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El ciclo de la sostenibilidad 2024: qué dijimos y qué ha pasado

El ciclo de la sostenibilidad 2024: qué dijimos y qué ha pasado

23 de diciembre de 2024

El tema de la semana:

Por Ana Guzmán Quintana

En Portocolom tenemos una bola de cristal en la sala de reuniones principal. Es un recurso curioso para romper el hielo, pero también nos recuerda que nuestro trabajo no es adivinar el futuro, sino tomar decisiones informadas que alineen rentabilidad, riesgo e impacto. A principios de 2024, compartimos nuestras previsiones sobre cómo la sostenibilidad influiría en los mercados financieros. Ahora, a punto de terminar el año, es momento de repasar cuánto se ha cumplido y qué ha cambiado.

1. Un ciclo económico de sostenibilidad: en lo relacionado con sostenibilidad, estamos viviendo un patrón cíclico similar al de la economía y los mercados financieros. Entre 2018 y 2020 experimentamos una expansión inicial, seguida de un auge impulsado por el COVID, que subrayó la necesidad de abordar desafíos críticos como la educación, la salud, las crecientes brechas sociales y el cambio climático. Tras una exuberancia en valoraciones y expectativas, llegó la recesión iniciada en 2022 con el detonante de la guerra de Ucrania y el auge de mensajes anti-ESG en Estados Unidos.

Hoy, creemos que estamos entrando en una fase de consolidación, donde la inversión en sostenibilidad e impacto inicia un ciclo expansivo… de calidad. Hemos ajustado expectativas, aprendido de los errores y redefinido estrategias. Esta etapa de reflexión no solo fortalece el mercado, sino que también genera bases más sólidas para un crecimiento sostenible en el largo plazo.

2. Regulación: entre avances y desafíos: la regulación europea ha continuado avanzando, como anticipamos, aunque no ha simplificado el análisis de datos. Muchas empresas, especialmente las pequeñas y medianas, enfrentan dificultades para adaptarse a los nuevos requisitos, agravadas por la falta de personal cualificado para auditar datos sostenibles.

Mientras tanto, las diferencias entre la postura climática de la Fed y el BCE se han intensificado. Estados Unidos mantiene un enfoque pragmático, priorizando objetivos económicos y legales, mientras que Europa refuerza su compromiso con el Acuerdo de París. De cara a 2025, el regreso de Donald Trump introduce incertidumbre: aunque su retórica es crítica con las iniciativas climáticas, las inversiones en energías renovables en Estados Unidos han crecido un 60% desde 2020, creando más de 310.000 empleos. Es poco probable que un segmento tan dinámico y estratégico sea desmantelado completamente, incluso bajo políticas menos favorables.

3. Rentabilidades: sostenibilidad con matices: como predijimos, los sectores relacionados con sostenibilidad, tras sufrir en 2022, han comenzado a recuperar su atractivo inversor. Aunque sectores tradicionales como materias primas agrícolas y energía han mostrado resiliencia, la sostenibilidad sigue demostrando su valor en estrategias a largo plazo.

No obstante, los recientes acontecimientos geopolíticos han impactado las rentabilidades. Los conflictos en Oriente Medio, Sudán y Ucrania, junto con tensiones en Taiwán, han generado incertidumbre en los mercados. Adicionalmente, las políticas de desregulación promovidas por Trump están afectando la percepción de las inversiones ESG, que podrían enfrentar retos en el corto plazo, aunque el largo plazo sigue ofreciendo oportunidades para quienes priorizan el impacto.

4. ESG: debates más complejos y posiciones más claras: en 2024, anticipamos que los mensajes pro-ESG extremos se moderarían, y así ha ocurrido. La reclasificación masiva de fondos para cumplir con la normativa refleja una mayor madurez en el sector. Por otro lado, los movimientos anti-ESG han intensificado el debate, especialmente en Estados Unidos.

Aunque algunas entidades han abandonado alianzas climáticas, muchas otras han reforzado su compromiso. La sostenibilidad ya no es solo una cuestión de marketing, sino de integridad empresarial. Esto subraya un cambio importante: el enfoque ha pasado del discurso a la acción concreta.

5. Greenwashing y “green hushing”: aunque el riesgo de greenwashing sigue presente y los litigios han aumentado, 2024 ha sido testigo del auge del “green hushing”, un enfoque más cauteloso de las empresas para evitar promesas excesivas que podrían ser cuestionadas. Aunque pueda parecer un retroceso, este enfoque prudente está consolidando compromisos reales, alejando a las empresas del ruido mediático y fortaleciendo su credibilidad.

6. Gobernanza y visión a largo plazo: como predijimos, las políticas de voto en juntas de accionistas han ampliado su enfoque. Si bien los temas ambientales siguen presentes, se está priorizando cada vez más la gobernanza y los aspectos sociales. Este retorno al equilibrio en la toma de decisiones es esencial para mantener un enfoque sostenible y financiero sólido.

Un futuro sostenible necesita compromiso

En Portocolom seguimos creyendo que la sostenibilidad no es una moda pasajera, sino una filosofía que requiere un compromiso total. No hay espacio para estar “a medias” en este movimiento. Los ciclos continuarán, pero con cada iteración, el mercado aprende, se ajusta y evoluciona hacia un modelo más sólido y coherente.

Como siempre decimos, no podemos predecir el futuro, pero sí tomar decisiones que nos acerquen al mundo que queremos construir. En este camino, cada fase del ciclo es tan valiosa como necesaria.

El faro de los mercados:

La recta final del año en cuanto a mercados financieros se refiere, va a estar marcada sin duda por la reunión que mantuvo el pasado miércoles la Reserva Federal americana. Aunque el mercado daba por segura una bajada de 25 puntos básicos hasta el rango 4,25% – 4,50% (como así ha sucedido), lo cierto es que el cambio de tono, mucho más agresivo de lo esperado por parte de la FED, ha sido notable. Powell declaró que deben ser muy cautos a partir de ahora con las decisiones a tomar, y que el ritmo de bajadas de tipos va a verse ralentizado significativamente de ahora en adelante.

Los motivos principales que subyacen tras este cambio de ritmo que anuncia la FED serían los siguientes:

  • La FED sigue convencida de que la economía marcha por una “senda adecuada”, y de hecho revisan al alza sus estimaciones de crecimiento para 2024 hasta el 2,5% (desde el 2,0% anterior). Asimismo, revisan al alza en una décima el crecimiento de 2025 hasta el 2,1%.
  • Reducen las estimaciones de tasa de desempleo a un 4,3% para los próximos años. Suponen niveles históricamente bajos que pueden considerarse como de “pleno empleo” estructural.
  • Los dos puntos anteriores ya podrían propiciar una reducción en el ritmo de bajadas de tipos por si solos, pero a ello se le une el sorprendente incremento en las previsiones de inflación para 2025, que pasa de 2,1% a 2,5%. Además, la FED retrasa hasta 2027 el que pueda alcanzarse el objetivo marcado de inflación 2%.

A modo de conclusión, la Reserva Federal prevé un entorno económico de crecimiento sostenido y tasa de paro baja, pero con expectativas de inflación al alza en el corto plazo, a lo que podríamos añadir que el nuevo gobierno de Trump, como comentábamos en anteriores ediciones de esta nota semanal, podría implementar ciertas políticas fiscales que incrementarían dicha inflación. Ante este panorama, no es extraño que la FED haya querido dar un paso atrás, rebajando sus estimaciones de bajadas de tipos para el futuro, e incluso con alguno de sus miembros siendo contrario a la bajada que hemos visto en este mes de diciembre.

Los mercados de renta variable no se han tomado nada bien este cambio de perspectivas sobre la economía estadounidense, y prácticamente todas las bolsas sufrían importantes retrocesos la semana pasada (aunque estas se veían ligeramente atenuadas en la sesión del viernes). Los índices americanos, S&P 500 y Nasdaq retrocedían un -2% y un -2,25% respectivamente en una semana, mientras que el Eurostoxx 50 se dejaba un -2,10% a cierre del viernes.

En renta fija también mantenía la subida de rentabilidades iniciada hace varias semanas que ha llevado al bono a 10 años alemán (Bund) a alcanzar un 2,31% y al bono español un 3%. El bono de tesoro americano por su parte también se vio muy afectado tras la reunión de la FED, llegando a rozar una rentabilidad del 4,60%, nivel que no se alcanzaba desde hace 8 meses, y que supone una subida de 100 puntos básicos desde finales de verano, cuando cotizaba con una rentabilidad del 3,60%.

En divisas, el dólar se ha visto favorecido claramente por esta ralentización prevista en la bajada de Tipos de la FED, llegando a cotizar la semana pasada en mínimos de los últimos dos años respecto al euro, cruzándose en 1,035 eur/usd.

La frase:

Y nos despedimos con la siguiente frase de Séneca, filósofo, político y escritor romano: “No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba”.

Resumen del comportamiento de principales activos financieros (23/12/2024)

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