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Tendencias Clave en Inversión y Sostenibilidad para 2025

Tendencias Clave en Inversión y Sostenibilidad para 2025

14 de enero de 2025

El tema de la semana:

Por Ana Guzmán Quintana

En Portocolom comenzar el año es siempre una oportunidad para mirar al horizonte y reflexionar sobre las tendencias que marcarán el rumbo de las inversiones sostenibles y de impacto. Este es ya el tercer año en el que ponemos el foco en identificar los temas clave que darán forma al panorama global, destacando las áreas con mayor potencial para inspirar decisiones informadas y transformadoras. A continuación, compartimos nuestra visión sobre los aspectos que, a nuestro parecer, captarán mayor atención este año:

1. Evolución del Mercado de Impacto y la Regulación

El mercado de impacto continúa evolucionando, y este crecimiento exige mayor enfoque en la ejecución y menos en la proliferación de nuevos marcos regulatorios. Aunque contar con normativas que definan las reglas del juego es esencial, el verdadero desafío radica en permitir un margen temporal suficiente para que empresas y actores del sector se adapten a la nueva realidad. Además, la flexibilidad es crucial, ya que no todos los escenarios encajan bajo un mismo modelo regulatorio. Con una realidad social y ambiental llena de matices, los próximos años serán decisivos para convertir las regulaciones existentes en prácticas concretas que generen impacto real sin sofocar la innovación que define al sector.

2. De la Medición a la Utilidad

Tras años centrados en acumular datos y estandarizar métricas, el sector de impacto comienza a dar pasos significativos hacia la calidad en la medición. La clave no radica en la cantidad de información recopilada, sino en cómo esa información se traduce en decisiones significativas. Un ejemplo claro se encuentra en el sector de vivienda asequible, donde el análisis de datos sobre acceso y coste ha permitido redirigir inversiones hacia proyectos que realmente maximizan el impacto en comunidades vulnerables. Este enfoque demuestra que la medición efectiva no es un fin en sí mismo, sino una herramienta estratégica. Por ello, es fundamental replantearse preguntas esenciales: ¿Para qué medimos? ¿Qué queremos lograr? ¿Cómo contribuirá esta medición a mejoras reales? En este proceso, el sentido común y la utilidad deben ser el eje central, asegurando que cada esfuerzo de medición esté alineado con resultados significativos y transformadores.

3. Cambio en Términos y Narrativas

Estamos siendo testigos de una transformación profunda en cómo hablamos de sostenibilidad e impacto, un cambio que refleja tanto la madurez del sector como un compromiso más genuino con los retos que enfrentamos. Algunos ejemplos de esta evolución incluyen:

  • De ESG a sostenibilidad: ESG está dejando paso a «sostenibilidad», un término más universal que trasciende lo técnico, permitiendo abarcar tanto las necesidades del sector financiero como las de otros sectores y realidades sociales.
  • De transición climática a transición justa: El término «transición justa» ha ganado fuerza, subrayando que no se trata solo de mitigar el cambio climático, sino de hacerlo sin dejar a nadie atrás, asegurando que las comunidades más vulnerables tengan un lugar en este esfuerzo global.
  • De los ODS a áreas tangibles: Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están siendo reinterpretados en términos más concretos, focalizándose en temas específicos que pueden convertirse en acciones reales y medibles y evitando la, por desgracia, politización y tergiversación, en ocasiones, de la finalidad de estos.

Estos cambios no son casualidad. Responden a la necesidad de superar años de conceptos amplios y poco accionables, sustituyendo la sobreactuación por una conversación más auténtica, efectiva y conectada con la realidad. Depurar los términos no solo clarifica el mensaje; también marca el camino hacia un impacto más profundo y verdaderamente transformador.

4. El Papel Exponencial de la IA

La inteligencia artificial emerge como una herramienta con un potencial inmenso, capaz de generar tanto oportunidades como riesgos. Sectores esenciales como la salud y la educación podrían enfrentar desafíos importantes si el acceso a estas tecnologías no se democratiza, perpetuando desigualdades ya existentes. En el ámbito climático, el consumo energético de las aplicaciones basadas en IA podría intensificar las emisiones de carbono si no se implementan prácticas responsables. Estos riesgos subrayan la necesidad de adoptar un enfoque ético y consciente en el desarrollo y uso de la IA.

Sin embargo, también sería un error ignorar los beneficios transformadores que la IA puede ofrecer en estos mismos sectores, revolucionando la manera en que abordamos problemas complejos y ampliando los límites de lo posible. Hace más de un siglo, el filósofo Romano Guardini reflexionaba sobre la relación entre tecnología y humanidad, alertando contra la tentación de aferrarse al pasado mientras invitaba a abrazar el futuro con una visión profundamente humana. Guardini afirmaba: “Nuestro puesto está en el porvenir. Todos han de buscar posiciones allí donde corresponde a cada uno […]. Es cierto que se trata de problemas técnicos, científicos y políticos; pero es preciso resolverlos planteándolos desde el punto de vista humano”. Sus palabras resuenan hoy más que nunca, recordándonos que, frente a los desafíos que plantea la IA, debemos fomentar una «nueva humanidad» que equilibre el progreso tecnológico con una profunda espiritualidad, una libertad auténtica y un compromiso renovado con el bienestar colectivo.

5. Desacoplamiento entre Mercados Privados y Líquidos

Los mercados privados se consolidan como el epicentro del impacto transformador, donde la intención, la adicionalidad y la materialidad se convierten en pilares clave. Según la Global Impact Investing Network (GIIN), el mercado de impacto ha crecido hasta los 1,5 Tn de dólares a nivel global, destacando su relevancia frente al parón experimentado en el crecimiento de activos observado en los mercados líquidos, que aún lidian con las secuelas de euforias y promesas incumplidas del pasado.

Para evitar repetir los errores que hemos vivido en mercados líquidos, los mercados privados deben ajustar sus expectativas y adoptar una ejecución basada en datos sólidos y objetivos realistas. Esto implica una clasificación rigurosa entre inversiones ESG, temáticas y de impacto, garantizando una alineación más honesta con las capacidades reales de estos activos.

En el terreno de los activos líquidos, esperamos que poco a poco los inversores comiencen a entender que lo que realmente tiene sentido es apostar por un camino hacia la transición. Creemos que es hora de cambiar el enfoque hacia estrategias best effort, aquellas que premian el esfuerzo y el compromiso con la mejora continua, en lugar de centrarse únicamente en las best in class, que destacan a los líderes actuales en sostenibilidad. Este cambio de mentalidad nos parece crucial, ya que reconocer el progreso, más que la perfección, es lo que puede impulsar una transición más inclusiva y real hacia prácticas responsables. Al apoyar a quienes están en el camino hacia modelos más sostenibles, no solo se fomenta el impacto real, sino que se amplían las oportunidades de transformación en sectores y empresas que son clave para un futuro más sostenible.

Paralelamente, los grandes inversores de impacto están experimentando una transformación notable. Las grandes gestoras de activos están adquiriendo boutiques especializadas en impacto y mercados privados, y los principales grupos inversores concentran cada vez más su atención en problemáticas climáticas, atraídos por su escalabilidad y el volumen de capital que pueden movilizar. En este entorno, el papel de actores medianos profundamente comprometidos con el impacto es más importante que nunca. Grandes grupos familiares, fundaciones, entidades religiosas o asesores especializados como Portocolom, desempeñan un rol crucial al abordar retos sociales y climáticos con inversiones de menor tamaño pero un impacto extraordinariamente transformador (y rentable). Estas organizaciones aportan agilidad, autenticidad y un enfoque centrado en soluciones reales, demostrando que la profundidad del impacto no siempre depende de la magnitud de la inversión, sino de la intencionalidad y el compromiso con el cambio.

6. Temáticas Emergentes

El 2025 estará marcado por la creciente relevancia de ciertas áreas temáticas, tanto en lo ambiental como en lo social. En clima vemos cada vez más estrategias en torno a la transición justa y el compromiso con la biodiversidad. Además, esperamos que este año sea el del despegue, por fin, del mercado de créditos de carbono y veremos focos de atención nuevos en áreas como los micro reactores nucleares, como alternativa viable para satisfacer las demandas energéticas intensivas de la inteligencia artificial.

En lo social creemos que la crisis global de vivienda a la que nos estamos enfrentando impulsará inversiones significativas en vivienda asequible, y tanto salud como educación experimentarán un crecimiento exponencial gracias a la IA, que actuará como habilitador tecnológico para soluciones escalables y personalizadas.

7 Impacto de la Administración Trump

La incertidumbre sobre el impacto de una nueva administración Trump plantea interrogantes en áreas como regulación climática y cohesión social. Durante su anterior mandato, se observaron retrocesos significativos en regulaciones climáticas, como la salida del Acuerdo de París, y una menor cohesión social debido a políticas polarizadoras. Estos antecedentes generan preocupación sobre cómo podría influir nuevamente en estas áreas. Es probable que su influencia sea significativa, pero todavía está por definirse. El 2025 se perfila como un año clave de consolidación, ajustes estratégicos y un pragmatismo necesario. En este camino, las inversiones sostenibles y de impacto deberán enfocarse en lo que realmente importa: la utilidad práctica, la ejecución efectiva y una inclusión genuina que no deje a nadie atrás. Es fundamental aprender de los errores del pasado para construir un futuro más justo y sostenible, donde cada decisión que tomemos hoy no solo marque la dirección, sino también la profundidad y la autenticidad de nuestro impacto mañana.

El faro de los mercados:

La primera semana del año en los mercados de renta variable se ha caracterizado por el movimiento opuesto entre Europa y EE.UU. Mientras que los índices estadounidenses cedían un 2% (el S&P 500 cerró en 5.827,04 puntos y el Nasdaq 100 en 20.847,58 puntos), en Europa veíamos ganancias superiores al 2% para el Euro Stoxx 50 y del 0,60% para el Ibex 35, que concluyeron la semana en 4.977,26 y 11.720,90 puntos respectivamente. Muy destacable fue el comportamiento de una referencia importante, el VIX, y es que el índice de volatilidad subía más de un 8% en la semana, lo que ha ayudado a generar una mayor tensión en las bolsas, especialmente la estadounidense.

En los mercados de renta fija lo que se plasmó fue una recuperación notable de las rentabilidades de manera generalizada a lo largo de la curva de tipos de interés. El Treasury a 10 años terminó la semana con una rentabilidad del 4,76%, lo que supone 16 pbs más que la semana anterior, hay que destacar que ese nivel de rentabilidad no se daba desde el pasado mes de abril. Otro hecho notable fue que por primera vez en más de un año, el bono a 30 años superó el 5% de rentabilidad. La deuda europea experimentó un comportamiento prácticamente idéntico, así tanto el Bund como el Bono a 10 años ganaban 15 pbs cerrando en 2,57% y 3,26% respectivamente.

En cuanto a los activos alternativos, tanto el oro como el petróleo subían de manera importante en la semana. El oro concluía la semana en 2.715 USD/Onz subiendo un 2,27% mientras que el Brent lo hacía en 79,76 USD/b o lo que es lo mismo, un +4,25% semanal. Los riesgos a los que se enfrenta la economía global han favorecido a los activos refugio en esta semana inaugural del año, en la que el USD ha sido otro de los vencedores en los mercados. En el caso del petróleo, la nueva batería de sanciones de la administración Biden sobre activos petroleros rusos ha provocado un fuerte alza en los precios que se mantiene esta semana.

La macroeconomía está detrás de todos estos movimientos erráticos de los mercados, acrecentados por la incertidumbre que genera la entrada en la Casa Blanca de Trump dentro de una semana y las potenciales consecuencias de sus primeras decisiones desde el gobierno. En China mientras el IPC sigue prácticamente plano, corroborando que la actividad económica interna sigue muy parada. El dato de servicios del PMI Caixin sin embargo superaba las previsiones para situarse en 52,2, ¿podrían ser los primeros brotes verdes? Por su parte, en Europa el IPC provisional confirmó la subida esperada por los analistas y se situará en diciembre en el 2,4% con la subyacente en el 2,7% (se confirmarán las lecturas a lo largo de la semana). Las ventas minoristas solo crecieron un 0,1%, menos de lo esperado, pero por el contrario, el PMI de servicios superaba las previsiones cerrando en 51,6.

Pero el origen de tanto cambio de expectativas lo tenemos en EE.UU. Fueron varios los datos que alteraron las previsiones de los expertos: i) empleo, nuevamente más fuerte de lo previsto, destacando el sector privado en la contratación, la tasa de paro bajó al 4,1%. ii) el PMI no manufacturero del ISM por encima de 54 pero con la partida de nuevos pedidos muy fuerte, lo que da visibilidad al sector para los próximos meses, y con un componente de precios que sorprendía situándose en 64,4, cuando se esperaba una dato de 57, por lo que será importante hacer seguimiento de esto de cara a la inflación futura, iii) las ultimas lecturas del PIB del cuarto trimestre habían corregido notablemente, pues la última revisión efectuada lo situaría creciendo al 2,7% (vs 2,4% estimado) y iv) la consecuencia es que las expectativas de inflación de la universidad de Michigan han experimentado una notable subida hasta el 3,3% desde el 2,9% previsto.

Podríamos concluir que esos datos mixtos han sido parte de lo visto en 2024, mucha volatilidad en los mismos, pero con una economía robusta que ha permitido seguir generando empleo y fuertes crecimientos empresariales, pero ahora hay una mayor preocupación que es la evolución de los precios en el corto plazo, y esto es lo que está provocando un ajuste en el cuanto y cuando se producirán las próximas decisiones de la FED en cuanto a recorte de tipos de interés. Hoy el mercado descuenta de 2 bajadas de 25 pbs en 2025 (4 en septiembre) y la primera de ellas no llegaría hasta junio. Hay que destacar que varios grandes bancos de inversión piensan que no habrá bajadas de tipos en 2025 y que incluso podrían tener que subirlos de nuevo.

La frase:

Y nos despedimos con la siguiente frase del Papa Francisco: “Espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, fraternidad, alegría; son valores que encuentran sus raíces más profundas en la fe cristiana”.

Resumen del comportamiento de principales activos financieros (13/1/2025)

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