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Volatilidad en los mercados: el impacto de las decisiones políticas en la economía mundial

Volatilidad en los mercados: el impacto de las decisiones políticas en la economía mundial

Por Mario Catalá

A pesar de las decisiones políticas que está tomando el gobierno de Estados Unidos, hasta el momento los datos macro publicados siguen mostrando que la marcha de la economía continúa con buena salud. Los PMIs han mantenido la tendencia positiva, especialmente en el sector manufacturero (51,2), con un dato correspondiente al mes de enero que se sitúa en terreno de expansión por primera vez desde el pasado mes de junio. Por su parte, el PMI de servicios ha continuado con su desaceleración para situarse en 52,9 lo que podría ser un indicador de que la presión salarial en el sector servicios habría corregido. El PIB del cuarto trimestre de 2024 creció un 2,3%, sensiblemente por debajo de lo que estaba previsto por el mercado (3,2%), por lo que no sería extraño ver incrementos notables en las próximas revisiones. En cualquier caso, el año 2024 cerró con un crecimiento del 2,8% (2,9% en 2023), señal de que la economía no ha desacelerado, pero tampoco está sobrecalentada. Un dato muy relevante ha sido la previsión de la FED de Atlanta sobre el PIB del primer trimestre de 2025, pues lo sitúa en el -2,4%. Lo explican por una brusca caída en las exportaciones netas, al estar anticipando sus compras las compañías estadounidenses para minimizar el impacto de los aranceles.

Las ventas minoristas cayeron por su parte un -0,9% en enero, tras el -0,2% de diciembre. El consumidor americano parece haber entrado en una fase de control del gasto, especialmente del discrecional, donde se mira con detalle el precio de los bienes y se estarían postponiendo ciertos gastos que no son de primera necesidad. Otro dato como el de la confianza del consumidor de «The Conference Board» corrobora este cambio de tendencia, ye s que el dato de febrero fue del 98,3, frente a 105,3 en enero, o 112,8 en noviembre. Este indicador anticipa hacia dónde va el consumo de los hogares, es decir mide el nivel de confianza de las familias estadounidenses en la economía, y claramente la tendencia no es positiva. El empleo nos sigue dando una información muy volátil en función del dato que tomemos (JOLTS, ADP o Nóminas no agrícolas), pero una vez más todos ellos demuestran que la economía no está cerca de pararse, sino todo lo contrario, podría mantener el ritmo actual varios trimestres más.

En Europa, el crecimiento de la economía mantiene un tono de recuperación lenta. Los PMIs han iniciado 2025 con niveles muy similares a los del año anterior. Aunque el PMI manufacturero ha recuperado desde el dato de 46,6 de enero hasta un 47,6 en febrero, se mantiene claramente en zona de contracción, demostrando la debilidad del sector industrial europeo, especialmente del alemán. A nivel servicios (50,6) muestra un ligero deterioro, pero se mantiene en zona de expansión. La confianza del inversor del Instituto ZEW, sorprendía con una recuperación mayor a la esperada (24,2 vs 18), optimismo que podría trasladarse a la economía real en unos meses. El empleo es el dato más desconcertante en Europa, la economía apenas crece, pero el empleo no se deteriora, manteniéndose además en su mínimo histórico en el 6,2%.

Un factor importante que podría suponer un punto de inflexión en cuanto a la situación económica en Europa, es el cambio que está intentando hacer Alemania a nivel económico. El gobierno actual de Friedrich Merz, está tratando de negociar un nuevo plan económico con sus socios de gobierno, con el que se elevaría el gasto por encima del billón de euros, y además llevaría aparejado un movimiento histórico, como es el de elevar el endeudamiento por encima de su actual límite del 0,35% sobre PIB (como referencia, la Unión Europea permite elevar el déficit público hasta el 3%). Este cambio podría traducirse en un aumento del gasto en defensa, mayores inversiones en infraestructura y una mayor financiación regional, lo que generaría un impacto positivo en la economía europea.

La macroeconomía ha seguido defraudando en China en las últimas semanas. Los datos de los PMIs apenas han superado mínimamente los 50 puntos, tanto a nivel servicios como manufacturas. El IPC se ha situado en territorio negativo (-0,7%) en el mes de febrero, lo que denota una vez más la debilidad de su consumo interno. Por último, los datos de exportaciones e importaciones se han situado en un 2,3% y -8,4% respectivamente, muy por debajo de las previsiones de los expertos, en un contexto en el que el país asiático se enfrenta a las potenciales sanciones y trabas en cuanto a relación comercial por parte de Estados Unidos.

En cuanto a inflación, el IPC del mes de febrero en Estados Unidos ha traído cierta calma al corregir 2 décimas y situarse en el 2,8% ya que el dato de enero finalmente se revisó hasta una subida del 3%. Lo mismo ha ocurrido con el dato Subyacente cuya lectura se ha situado en el 3,1% su nivel más bajo desde abril de 2021. En Europa, los datos del mes de enero ratificaron un repunte hasta el 2,5% para el IPC y hasta el 2,7% para la inflación Subyacente. Sin embargo, las previsiones adelantadas por la Unión Europea sobre el mes de febrero, indican que se producirá una bajada de una décima en ambos.

La evolución de los precios se puede ver afectada en los próximos meses por los aranceles y “contra aranceles” que están imponiendo diferentes países en respuesta a las políticas agresivas de Trump. Los bancos centrales no son ajenos a ello y empiezan a dar mensajes muy prudentes, sin querer marcar líneas claras de actuación en el futuro por lo que pueda acontecer. La FED se reunirá esta semana (no se espera ningún movimiento), y el BCE por su parte redujo en 25 pbs el tipo de facilidad de depósito en febrero, segunda vez consecutiva en 2025, para dejarlo en el 2,50%, escudándose en la debilidad macro en el continente europeo, pero advirtiendo que no pueden asegurar el que vayan a mantener la línea de bajadas prevista para el resto del año.

En cualquier caso, la marcha estable de la economía no está siendo suficiente para convencer a unos mercados que llevan varias semanas mostrando un nivel de volatilidad cada vez más alto, aunque presentado cierta divergencia en su comportamiento sobre todo en la comparativa Estados Unidos / Europa. Varios motivos están influyendo en este cambio de tendencia. Por supuesto el principal está siendo el estilo de gobierno de Donald Trump, que con su toma de decisiones impulsivas e intermitentes, elevan la incertidumbre de los inversores y minan la confianza del mercado en general. Por el lado contrario, los posibles vientos de cambio en la política fiscal alemana, o las posibles medidas de China para contrarrestar las políticas de Trump, están haciendo que ambos mercados tengan un comportamiento significativamente superior en lo que llevamos de año.

Veremos cómo evolucionan los diferentes índices bursátiles en las próximas semanas, pero lo que está claro es que no serán ajenos a las decisiones geopolíticas que se tomen por parte de los diferentes gobiernos, especialmente desde Estados Unidos.

Desde Portocolom hemos reducido mínimamente la exposición a renta variable en las últimas semanas, pero vamos a mantener las inversiones, incrementando la diversificación regional. Los cambios políticos mencionados anteriormente pueden influir de manera importante en los mercados, pero preferimos mantenernos a la espera de que se realmente se implementen medidas concretas.

El faro de los mercados:

Segunda semana de correcciones en las principales plazas bursátiles. Los inversores están analizando el devenir de las acciones del nuevo gobierno estadounidense y las potenciales consecuencias de dichos actos sobre la economía real. Los últimos datos conocidos sobre la inflación reducen la presión sobre los precios ya que tanto el IPC general como la versión subyacente corrigieron 2 décimas en febrero hasta situarse el 2,8% y 3,1% respectivamente, en ambos casos la caída superaba en 1 décima el dato previsto. En Europa la producción industrial de enero sorprendía positivamente al subir un 0,8% en enero, el mercado esperaba un 0,5% tras la caída de -0,4% de diciembre.

Con la batalla arancelaria en la agenda del día a día, el IPC ha pasado a un segundo plano en cuanto a las preocupaciones de los gestores, que en estos momentos están muy pendiente de las señales que aporten los datos macroeconómicos sobre la salud del crecimiento de la economía, tras los primeros signos de ralentización percibidos. Lo cierto es que los datos de empleo, endeudamiento de las familias y empresas, crecimiento de salarios, crecimiento de los beneficios empresariales, etc, siguen siendo muy sólidos, pero podrían verse comprometidos por las decisiones políticas.

Los mercados de renta variable tiñeron de rojo los principales índices. En Estados Unidos el S&P 500 se dejaba un 2,27% y el Nasdaq 100 un 2,45%, para cerrar en 5.638,94 y 19.704,64 puntos. Mientras que, en Europa el Euro Stoxx 50 caía un 0,98% y el Ibex 35 un 2,04%, hasta los 5.411,25 y 12.987.20 puntos. Es destacable que en las dos últimas sesiones se produjo un rebote de cerca de un 2,5% de media, en todos ellos desde los mínimos anuales, lo que podría ser una señal de que un potencial suelo de corto plazo está cerca, tras las importantes correcciones acumuladas desde los máximos de febrero.

En la renta fija los cambios fueron mínimos con leves repuntes en la rentabilidad de la deuda pública a largo plazo. El Treasury ganaba 2 pbs para terminar la semana con una rentabilidad del 4,32% mientras que el Bund a 10 años lo hacía en 3 pbs hasta el 2,87% y el Bono apenas ganaba 1 pbs y cerrar en el 3,50%. Los mercados parecen estar digiriendo las importantes decisiones de inversión propuestas en Europa en materia de infraestructuras y defensa.

La incertidumbre sigue presente, y la prueba más concluyente de ello es que el oro, activo refugio por excelencia, superó por primera vez en la historia los 3.000 USD/Onz, y cerró el viernes en 3.001,10 después de haber tocado los 3.017,10 USD/Onz, nuevo máximo histórico. Por su parte, el Brent prácticamente no sufrió cambios al cierre, pero los precios tuvieron un rango semanal del 4%, el cierre en 70,58 USD/b supone una subida del 0,30%.

La semana en curso tiene como referencia más importante la reunión de política monetaria de la FED, para la que no se esperan cambios, es decir, el tipo de referencia se mantendrá en el 4,50%. Los posibles comentarios posteriores de los miembros de la FED como las proyecciones macro que actualizarán tras la reunión, serán los datos que se analicen con mayor detalle en busca de pistas sobre los próximos movimientos de la entidad. La otra referencia macro en Estados Unidos la tuvimos ayer lunes, con un dato de ventas minoristas de +0,2%, por debajo de lo que se esperaba (+0,6%), y adicionalmente revisaron a la baja el dato del mes anterior, con una caída hasta el -1,2%.

En Europa destacan la actualización del IPC, 2,4% estimado, y el índice ZEW de confianza inversora, se espera un salto importante hasta 43,6 desde el 24,2 anterior. El BCE también actualizará algunas de sus previsiones con la presentación de su Boletín Económico. En China el lunes se conocieron los datos de producción industrial que han creció un 5,9% anualizado en el mes de febrero, mejor que lo esperado, y la tasa de paro que ha subido hasta el 5,4% desde el 5,1% anterior.

La frase:

Y nos despedimos conla siguiente frase Robert Schuller, pastor, orador motivacional y autor estadounidense: “Deja que tus esperanzas, no tus penas, formen tu futuro”.

Resumen del comportamiento de principales activos financieros (17/3/2025)

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